Escarbaba y escarbaba.
Había dejado los guantes olvidados al haber corrido, horas antes, a refugiarme en algun lugar donde estuviera seguro, luego del movimiento leve en el suelo.
Me dolían las manos por que el concreto me lastimaba, pero mi deseo era mas fuerte que el dolor. No iba a claudicar. Me entrenaron para esto.
La noche había caido y la luna, como si quisiera cerrar sus ojos y no ver la escena dantesca, se escondió detrás de una nube. Yo seguía en mi lucha. Llevaba horas sin descansar, tenía 2 dias sin dormir, pero yo sabía que debía ganarle la carrera al tiempo. No había lugar para quejarse, no había lugar para descansar.
Sabía que la muerte estaba detrás de mi, esperando sigilosamente, para arrebatarme esa vida de las manos, pero le seguí dandole la espalda. No la dejaría triunfar, lucharía aun más allá de mis fuerzas!!!
Sentí humedad en mis manos, pensé que había tocado algo húmedo. Tomé la linterna y alumbré pero no vi nada. Una mancha oscura en mis manos hizo que apuntara la luz hacía ellas. Era sangre, era mi sangre... Mis manos estaban despedazadas. Guardé el foco y seguí quitando escombros. Eso no me detendría
Hasta que llegué a donde estaba una piernita pequeña. Apuré mi labor y hasta que pude sacar aquel cuerpecito casi inerte, maltrecho y mal herido. Cuando abrió sus ojos, sus bracitos flacos me abrazaron con fuerza.
Lloré aferrado a aquel cuerpecito. Le arrebaté una vida más a la muerte...!!
(Dedicado a todos aquellos héroes que luchan
por rescatar vidas, luego del terremoto de Haiti)